Quizás todos sois diferentes a mí. Quizás somos todos iguales aunque disimulamos no serlo. Quizás todos lloráis por vuestro corazón roto, quizás vuestra mirada no alcanza a ver a las personas que tenéis delante, quizás estéis paralizados por el miedo, quizás no queráis asumir una vida llena de insignificancia. Quizás vuestra vida esté llena de un sentido personal para vosotros, quizás sea mi vida la que está completamente desvinculada de su propósito. Quizás me hago daño para demostrarme que sigo viva. Quizás pretendes llenar un hueco, quizás yo tenga un vacío inabarcable. Quizás busques donde no haya nada. Quizás te decepciones en un solo despertar. Quizás la noche no disimule todas mis sombras. Y quizás la luna no me baste para confiar en los ciclos de la vida y el vaivén de las circunstancias.
Quizás necesite algo más. Quizás no baste con llorar. Quizás no baste con pensar. Quizás mis brazos llevan mucho tiempo separados de los tuyos. Quizás es momento de acogerte en mis adentros, de fundirme con tu esencia, de recordar aquello a lo que pertenezco, de hacerme tierra, deshacerme como agua y alquimizarme como fuego.
Quizás es hora de reivindicar mi belleza, de abrir los ojos para desengañar vuestras convicciones, de dar la espalda al juicio y al rechazo, de hacer caso omiso a quien no sabe y apagar las colillas de la ignorancia.
Quizás ya no siento lástima de los corazones abarrotados, quizás ya no quiera desmantelar a quienes llevan máscaras, quizás sea hora de despreocuparme por los humanos apenados, hundidos, afectados. Quizás sea cuestión de enraizarme en mi vida, en mis valores, en mi historia y en mis hechos. Quizás ya no me valgan tus percepciones externas. Quizás no quiera más de tu vomitera verbal. Quizás haya tenido suficiente.