Hay un hecho claro y es que yo tengo un cuerpo físico. Ese cuerpo físico que puedo tocar no lo abarca todo, es decir, notando mi piel exterior puedo encontrar hasta donde llegan los límites de mi cuerpo. Yo no soy tú, ni soy la mesa que tengo al lado ni la montaña que pueda tener enfrente.
Dentro de mí, dentro de este cuerpo limitado, se cuecen numerosos tipos de emociones. Además, en mi ser, hay muchos pensamientos, algunos repetitivos y otros nuevos que traen agua fresca a la mente. También, dentro de mi cuerpo, noto la energía que fluye a través de él.
Cuando me observo viviendo, necesito hacerme consciente de este hecho. Del hecho de que yo, como ser humana, soy sola, estoy sola. El Universo entero vive dentro de mí pero tú solo podrás ver de mí lo que yo de ti te refleje y viceversa. Por ello, pensando en la belleza de esta idea que tanto nos asusta, el otro día escribí el siguiente texto:
“Sí, lo repetiré una y otra vez: estoy sola y soy sola. Estoy sola, físicamente sola, incluso espiritualmente sola. Soy un Todo solo. Como persona soy sola. Y como persona ando sola, duermo sola, como sola. Vivo sola, me rodeo con otros estando sola, pienso y respiro estando sola, canto sola, bailo sola. Vivo sola, amo sola, observo estando sola.
A tu lado quiero encontrar que estoy sola, ser sola, entenderme sola. Vivirme sola, alimentarme sola. No escapar de la soledad, aceptarla aquí y ahora estando llanamente sola. No buscar que tú llenes el hueco creado por la falta de amistad con el hecho de ser sola. Aceptarme sola, vivirme sola, amarme sola. Quererte solo, amarte solo, respetarte solo. Desearte siendo solo, venerarte a ti siendo solo. Compartirme siendo sola, entregarme siendo sola, correr moviéndome sola, reír contigo sola, amarte a ti, quererte, acariciarte y seguir sola.
Adorar estar sola, adorar la vida sola, amar a la gente sola.
Cantemos todos juntos solos, soñemos solos y abramos los ojos estando solos. Toquémonos a nosotros mismos estando solos y tendamos la mano al otro siguiendo solos.”
Es duro, por lo menos lo es para mí, cuando me doy cuenta de todo esto. Es duro para mí aceptarme como un ser solo responsable de su propia existencia. Es complejo hacerlo pero, a la vez, es liberador. Porque si consigo entenderme como un ente aislado en el plano material, no tendré que estar pidiéndole ni al mundo ni a los demás, que realicen por mí la tarea que yo sola puedo realizar. Además, si entiendo el hecho de que como seres humanos somos Universos completos viviendo solos, podré respetar la soledad de los demás, su independencia y su interdependencia. Creo que entendiendo este hecho podré crear relaciones más sanas, no dependientes y basadas en la verdadera amistad y libertad.
Por eso digo que estar y ser solo no es feo, es algo bello. Algo bello que bien entendido y respetado nos puede llenar de libertad y verdadera realización personal.