MÍRALA A LOS OJOS

Recuerdo que de niña yo no quería ser mujer. Lo recuerdo ahora aunque, por entonces, no lo sabía. Cuando venían a casa los amigos de mi madre y de mi padre, me sentaba al lado de los hombres. No lo hacía de manera consciente pero me sentía más cómoda. También recuerdo más mayor, en un evento de baile en el que las mujeres y hombres teníamos que bailar por separado, me confundí y me metí en el grupo de hombres sin darme cuenta que era la única mujer entre ellos.

¿Por qué, de niña, iba a querer ser yo mujer? ¿No queremos todas las personas ser reconocidas y destacadas de alguna manera? Si jugamos a un juego, ¿no nos gusta ganar y llegar primero? ¿Por qué iba a querer convertirme en alguien que sabía que no iba a ser tenida en cuenta tanto como un hombre? ¿Por qué iba a querer ser una persona menos destacable y considerada que otras personas que eran varones?

Yo de pequeña no sabía que no quería ser mujer pero ahora sé que no quería serlo y ahora me entiendo. Entiendo la lógica de aquella niña, la lógica de querer sentirse valorada e importante, la lógica de no querer pensar que pertenecía a ese grupo de personas que podía ser violada si un día se despistaba por la calle.

Recuerdo también a mis 15 años cuando vi en las noticias como habían violado y matado a una chica de mi edad en la comunidad autónoma de al lado. Decían en las noticias que habían encontrado al violador porque su ADN aparecía en las uñas de aquella chica. Imaginé a la chica arañando a aquel hombre, a aquella persona, a aquel violador. Imaginé su rabia, su fuerza, la de ella. Imaginé la escena.

¿Por qué de niña iba a querer yo formar parte de un grupo de gente así? ¿Por qué querría ser la vulnerable, la que no tiene nada que decir, la que va segunda, la víctima?

Y las niñas de ahora, ¿querrán convertirse en mujeres?

No lo sé.

Probablemente tampoco quieran serlo.

Los niños tampoco se quedan muy por detrás. ¿Querrán los niños dejar de llorar y tener que convertirse en machos rígidos que oprimen a la mujer por no sentirse libres de expresar sus propias emociones?

Podemos hablar de géneros, podemos hablar de roles, defender causas, pedir igualdad…

Pero, por encima de todo, yo siento que lo que podemos hacer es reconocer el daño que nos hace como sociedad seguir perpetuando esta herida.

Si eres hombre, date cuenta de la opresión que este sistema ejerce sobre ti. Date cuenta de lo incómodo que es no poder darte un abrazo con todos tus amigos, no poder abrir el corazón sin sentir incomodidad, no poder mostrarte vulnerable.

Si eres hombre, date cuenta que este sistema te niega tu humanidad, te pide que no sientas, te exige que te metas en un rol inhumano de máquina devoradora hacia el progreso.

Si eres hombre, revisa tu vulnerabilidad, viaja al pasado y encuentra el momento en que te la arrebataron.

Si eres hombre, exige ser tenido en cuenta como un ser que SIENTE.

Y si eres hombre, y ya sabes que sientes y ya sabes que tienes el derecho a SENTIR… entonces, en ese momento, pídele a una mujer que se ponga enfrente de ti y MÍRALA A LOS OJOS.

¿Qué ves? ¿Hay dolor? ¿Hay lucha? ¿Hay inseguridad? ¿Existe buena comunicación?

¿Qué ves en sus ojos?

Quizás tan solo veas a otro ser vulnerable, tan vulnerable como tú. Quizás tan solo veas otra humana, una hermana, alguien a quien te pareces mucho.

Quizás veas todo lo que os hace iguales y no tanto lo que os hace diferentes.

Hombre, mira a la mujer a los ojos.

Y SIENTE.

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