EMOCIONARTE – El Manual

Cuando éramos niños, moldeamos nuestro comportamiento de manera inconsciente y lo pusimos al servicio de las expectativas sociales en función de los gustos y las apetencias de los adultos que nos rodeaban con el objetivo de ganar su apoyo, su cariño y su protección. En muchas ocasiones, estos gustos y apetencias del mundo adulto venían condicionados por juicios y una alta represión a lo que ellos consideraban como inadecuado e inadmisible. Eso hizo que quedáramos desconectados de muchas partes de nuestro ser y las ocultáramos al mundo exterior. Al creer que teníamos que negar parte de lo que éramos para poder encajar, nos hemos desarrollado con miedos y alejados del conocimiento de nuestro ser completo y real. Así, hemos estado semi-viviendo, en lugar de estar llevando una vida en plenitud donde nos amamos, aceptamos y nos mostramos tal cual somos.

Por todo ello, creo necesario que el ser humano se reencuentre con todo aquello que ocultó una vez y quedó en la sombra. Porque una vez nos conocemos al completo y comenzamos a amar todo aquello que somos y a entregárselo al mundo, empezamos a ver la magia en la que se da la vida.

He redactado, con todo mi cariño, un manual sobre cómo dar luz a todos los aspectos que quisimos dejar en el olvido. Todas las técnicas que propongo están basadas en el uso del arte: la escritura, la pintura, el baile y el canto. Comprobarás que son muy sencillas y que tienen como principal objetivo que establezcas mayores espacios de intimidad contigo mismo y disfrutes de tu propio proceso de autoconocimiento.

Este manual que te ofrezco es una guía para transformar tus emociones en ARTE. Somos seres creativos y creadores, así que ponte en funcionamiento y comienza a explorar ese terreno puro, virgen y poco transitado que tanto tiene para ofrecerte.

Descarga el manual (pdf) haciendo click aquí o en la imagen inferior:

EMOCIONARTE_ EL MANUAL

EMOCIONARTE_El Manual

OBSERVO ESA VIDA PASAR

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OBSERVO ESA VIDA PASAR

Me he enamorado de esta pintura, la mujer que aparece en ella me seduce de manera especial. Toda ella en sí me inspira, desde sus tersos, firmes y voluptuosos pechos hasta ese gesto de la cara que revela cierto inconformismo y cierta resignación a su vez. La noto fuerte, poderosa, completamente a gusto en su tierno cuerpo desnudo. Asentada con firmeza en su sabiduría, contemplando con amor y presencia todos los vaivenes que se dan dentro y fuera de su ser.

Su mirada me lleva a ningún lugar, su boca cerrada me evoca esos momentos en los que a disgusto con la realidad, decides aceptarla pero sigues sin querer catarla.

Esa manta que se ha echado por encima, el suelo que parece ir a juego con su emoción, el jarrón que está presente pero le deja a ella tener toda la atención y esa luz viva y tenue del lugar se me hacen como el ambiente perfecto en el que quitarte tu propia ropa y sentarte junto a ti y en tu propio peso a meditar.

Sentarse a meditar o, mejor dicho, algo que me gusta más: ver la vida pasar. Observar, sentir, echar algunas lágrimas, reír o cantar; escuchar a la cabeza parlotear, desear la llegada de algo “más” o inspirarse notando el propio ritmo y calor corporal.

Por nada del mundo irrumpiría dentro del cuadro en el que ella habita. Prefiero observarla infinitamente mientras la siento contemplar que es posible encontrarse como ella es y está: poderosa a la vez que parada, firme a la vez que derrumbada, conectada a la vez que separada, resignada a la vez que inconformista, confusa a la vez que confiada, presente a la vez que ida.