FIERAS

¿Se avergüenza el león de sí mismo mientras camina por la sabana? ¿Rapa su pelo para ser menos vistoso? ¿Esconde sus rugidos entre disimulados suspiros?

¿Es un león consciente de sí mismo? ¿Modifica sus atributos o, simplemente, los posee y deja que éstos se muestren a través de él?

¿Por qué nos empeñamos en ser ovejas cuando, realmente, somos leones?

¿Por qué no dejamos que la fuerza que somos, encuentre su sitio en nuestro interior…

…y que la belleza y la solemnidad que nos caracteriza, dé sentido a todo lo que hay a nuestro alrededor?

Quizás no queramos molestar a los demás o nadie nos haya enseñado cómo dar dirección a la potencia que nos habita.

Si rugiera todo lo que soy, mi mundo interior temblaría tanto que cada cosa que se encuentra desplazada, encontraría de nuevo su sitio.

Soy una mujer salvaje, en las ropas ceñidas de una mujer civilizada que busca rasgarlas todas tan solo con su sentir. Que cree que el corazón es tan potente como la mayor de las estrellas y que la luz que se desprende en el interior puede iluminar ciudades enteras.

¡Qué cansada estoy de jugar a lo pequeño! De entretenerme con inertes muñecas a las que cepillo su pelo y cambio el vestido. ¡Qué cansino vivir dando vueltas en la rueda de esta pequeña casa de ratas, siendo la gran fiera que soy!

Voy a salir ahí fuera. Me voy a cazar.

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