Queridas mujeres del mundo,
nos han arrebatado nuestro cuerpo,
impedido contactar con el anhelo,
coartado la libertad de exaltación,
acallado la líbido,
amordazado el deseo,
silenciado los gritos de placer,
aniquilado nuestras danzas,
ocultado nuestro poder de sanación.
Queridas mujeres,
se nos quiso pequeñas,
sumisas, calladas;
delgadas, pálidas,
débiles, vacías, congeladas,
inertes.
Queridas,
queridas mujeres que habitan
dentro de ese cuerpo de mujer;
salid de aquel pequeño
sitio que os dejaron y abarcar
ahí fuera todo vuestro espacio.
Expandíos más allá, llenaos
de aire, de alimento, de alegría;
repartid el amor que se desprende
de vuestro curvilíneo movimiento
y escuchad el grito instintivo
y salvaje que rasga
vuestro corazón.
Queridas mujeres,
sentid ya, sentíos ya,
llorad a mares,
gritad de placer,
cread hogueras,
cantad,
elevad vuestra consciencia
hasta donde solo ella
pueda llevaos.
Y gemid. Y gozad.
Y dejaos regad
por los infinitos latidos
de cada orgasmo.
Pintura de Inés Honfi