Tengo un corazón que late y que siente, que ama y se desgarra, que se parte en tres, en dos, que se despedaza. Tengo una boca que expresa y unas manos que agarran, que tocan, que sueltan, que palpan. Tengo uñas que arañan y cabellos que te atrapan junto a mi cuerpo desnudo en la cama.
Tengo carencias y huecos, lugares vacíos del alma; rincones calientes y gélidos, susurros que a gritos te llaman.
Tengo energía e inercia, dos piernas que en círculo te abrazan, tengo palabras que describen paisajes que en ti despliegan las alas.
Soy Afrodita en tu trono, rendida me postro en la almohada. Si te acercas a mí, no te como; te lamo, te nutro; tu amada.
En danzas de fuego me elevas, subida a tu vida en volandas; me mueves, me traes y me llevas, ¡qué gusto! ¡Qué amparo! ¡Qué hazaña!
Tus brazos, dos grandes amantes, que gozan de sí tras mi espalda. Por Dios, que no los separes; soy tuya, tan mía; entregada.
Tendida me tienes en calma, segrego fluidos que claman que el Cielo está en el encuentro de dos amantes que aman.
Ilustración de Eromatica