¿Quién dijo que en la posición de triunfar uno tiene que estar solo? Parece que uno tema llegar muy alto porque, una vez alcanzada la cima, se desvanecería cualquier meta que querer alcanzar, cualquier motivación. Y, llegado ese momento en el que uno lo ha alcanzado todo, entonces, ¿qué le movería?
Ojeando con mis sobrinos la revista de las Tortugas Ninja aprendí algo y es que, como decía una de las tortugas, los héroes también tienen héroes. Así, resulta que las Tortugas Ninja, completamente admiradas por cientos de niños de corta edad, tienen a otros héroes de ficción que les inspiran y a los que poder admirar.
Y me doy cuenta que esto es así, que uno quiere subir lo más alto posible en la escalera pero que, cuando llega al peldaño más alto, uno se da cuenta que hay una puerta esperándole para llevarle a otro lugar. En ese otro lugar, las metas se transforman y, entonces, puede que en lugar de querer llegar alto quieras llegar lo más lejos de manera horizontal. Y, una vez llegado a lo más lejos de manera horizontal, puede que entonces quisieras llegar a lo más hondo imaginable dentro de ti mismo… Y, de ahí, continuaríamos infinitamente.
Alcanzar metas siempre será una motivación para tener más experiencias, para activar nuestras ganas de probar cosas nuevas, para explorar. Y, alcanzar metas, por muy altas que sean, por muy lejanas que parezcan, por muy inaccesibles que se nos hagan en el fondo de nuestro corazón, será siempre un leitmotiv.
Por eso, porque la vida es una gymkana que no tiene final, porque siempre tendremos a gente por delante y por detrás, más vale disfrutar jugando. Sin miedo a ganar, sin miedo a perder, pasar las pruebas solo por el placer de haber estado en cada una de ellas.
Los héroes también tienen héroes; no importa al nivel heroico que quieras llegar, siempre tendrás a otro héroe inspirándote unos pasos más allá. Para que camines, para que le sigas, para que confíes que se pueden dar ESOS PASOS MÁS ALLÁ.
No dejemos de inspirar a los demás, somos todos fuente de luz para todos.