LO BELLO DE LA VIDA

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El día en que nos descubrimos la Herida debe ser como ese primer día en que un bebé se descubre los dedos de los pies. “Oh, mira, ¡qué profunda!” “Oh, vaya, ¡qué novedad!”

Metemos el dedo y la palpamos, la miramos desde diferentes ángulos y hasta usamos un espejo para descubrir áreas a las que no alcanzan nuestros ojos.

La Herida de la que hablo es la Herida que todos tenemos. La que viene de nacimiento cuando somos traidos al mundo. La que forma parte de una identidad; la que justifica, modifica y caracteriza algunos de nuestros aspectos personales.

“Yo sufro en silencio.”

“¿No me digas?” – pensé – “¿y quién no?”

Dime, ¿quién no sufre en silencio? Todos lo hacemos. Todos tenemos nuestras agonías existenciales, problemas que causan quebraderos en la cabeza, sensaciones de desencanto, desesperanza, miedos, dudas en el ámbito más trascendental. Miedo a sufrir, a vivir… miedo a la vida más que a la muerte.

Que sí, que sí, que sé que sufres. Sé que sufres porque yo sufrí también y porque también lo hago a veces. Porque soy humana y estoy herida por esa Herida primera, como lo estamos todos.

Por eso, por favor, no me hables de tu sufrimiento como si de algo especial me estuvieras hablando. No hagas de tu dolor algo importante, encantador o diferenciador de tu personalidad. Te vuelvo a decir que ese sentir, todos lo tenemos.

Te descubriste la Herida como un bebé que se descubre por primera vez los dedos de los pies. Y te quedaste mirándola, observándola, probándola y analizándola. Es profunda y tan extraña que hasta hay gente que decide no mirar hacia otro lugar ni hacia otras personas en toda su vida. Se quedan bizcos autocontemplando su propio dolor por placer y creen poseer algo que otros no poseen.

Mi Herida es tu Herida.

¿Podemos, ahora, hablar de otras cosas y celebrar lo bello de la vida?

 

CELEBRACIÓN

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«La celebración es la base de mi forma de vida; enseño a disfrutar no a renunciar. Disfrutar de toda la belleza, todos los placeres, todo lo que la vida ofrece, porque toda esta vida es un regalo de Dios.



Para mi, vida es sinónimo de Dios. De hecho, la palabra vida es bastante más auténtica que la palabra Dios. Dios no es más que un término filosófico, mientras que vida es real, existencial. La palabra Dios existe solo en las escrituras. Es simplemente una palabra. La vida está dentro y fuera de ti; en los árboles, en las nubes, en las estrellas. Toda esta existencia es una danza de vida. 



Ama la vida. Vive la vida con totalidad, emborráchate de divinidad viviendo. Tengo un tremendo amor por la vida y por ello enseño celebración. Tienes que celebrar todo, tienes que vivir todo, amar todo. Para mi no existe nada mundano y nada sagrado. Todo es sagrado, desde el peldaño más bajo de la escalera al más alto. Es la misma escalera: del cuerpo al alma, de lo físico a lo espiritual, del sexo a samadhi; ¡todo es divino!»

Osho

Ilustración que enamora de un ilustrador desconocido (fotografiada de una postal de laughingelephant)