Voy a ser clara. Más que nunca. Porque es necesario. Y porque lo necesito. Porque no es real eso que dices que las mujeres en la sociedad actual no están minusvaloradas. Porque la mujer por sí misma no existe, porque las mujeres somos un conjunto de mujeres y todas respiramos del mismo aire que envuelve a este planeta Tierra; porque no hay nada que afecte a una mujer, por muy lejos que esté, que no lo sintamos TODAS en lo más profundo de nuestros adentros.
Y esta es una realidad que pocos consideran cierta. Y es que TODOS estamos conectados, todos los seres humanos, todos los seres vivos; incluso también todos los que no lo están. Y nos creemos SEPARADOS, cuando no lo estamos. Y nos creemos una unidad cuando, a la vez, somos el conjunto de la totalidad encarnado en una sola persona. Y, por ese motivo, lo que le pase al de al lado, también nos afecta. Aunque no lo veamos, aunque no lo sintamos con nuestras conocidas habilidades de percepción. Todo está interconectado.
Y por eso no me reí el día en que me contaste un chiste sobre pateras o el día que pretendiste que me sonriera por algo que tenía relación con el maltrato a mujeres… Porque ese africano que surca el mar, soy YO. Porque a esa mujer que le están pegando, también soy YO.
Y hay que tener capacidad para ver esto. Entender que no se puede vivir en plenitud, si nos reímos del mal ajeno. Comprender que somos todos amigos y hermanos y que, o GANAMOS todos o si pierde el de al lado, de alguna manera, yo también estoy perdiendo.
Pero no vivimos en una sociedad en el que se den estos mensajes de compañerismo y comunidad. Todo lo que se destacan son las diferencias, aquello que podría hacernos rivales. Vivimos en un mundo en el que hay que competir. En el que si uno gana es porque otro pierde. No hemos entendido que todos podemos ganar. Todos podemos ser grandes. El espacio para nuestra expansión es infinito. Y si uno gana, el otro también lo puede hacer.
No es necesario chafarnos los unos a los otros. Correr o compararnos. Podemos crecer todos a la vez, explorar nuestro propio campo y potencial y dejar que los otros también florezcan. No vivimos en un Universo limitado. El espacio para avanzar y abrirnos es ilimitado. Y todos podemos celebrar el hecho de sentirnos grandes y vivos.
Puede que no entiendas nada de lo que te digo. Es esta basura de educación que hemos recibido la que tanto mal nos hace. Es el hecho de no haber conocido otras culturas, de no haber querido sentir el sufrimiento propio y ajeno, de haber decidido mantenernos dentro del círculo de lo conocido lo que ha provocado que seamos personas con mentes cerradas que creen estar separadas de las demás.
Pero por raro que te suene, todos somos una sola MENTE. Y un solo CORAZÓN. Y tú, con tu complicación para entender el dolor ajeno, también eres yo.