La opción libre de ser un genio

Los genios son aquellos que se liberan de los prejuicios y la mente convencional, que se desapegan de todo lo que ya viene estructurado a su alrededor y deciden explorar la existencia desde el plano de la intuición, la imaginación, la humildad y sobre todo desde la completa y total libertad. Para acercarnos a entender las reglas que rigen todo aquello que «es», debemos resetear nuestra mente y adentrarnos en el Todo de la forma más pura que nuestra condición permita.
Cuando encuentro palabras de genios tan grandes como Einstein tengo un sentimiento que se contrapone: la alegría enorme de que hombres como él hayan pisado esta Tierra y hayan contribuido en Ella y la desazón de ver como muchos Einstein serían necesarios para que este mundo comenzara a regirse por lo auténtico y lo esencial. Firmemente creo que todos podemos ser Einsteins que atisbemos el conocimiento de la Verdad y que, de ese modo, contribuyamos a que nosotros y la gente de este planeta vivamos la vida de forma plena. Cultivar la humildad, dejar volar nuestra imaginación, abrir nuestra mente  a nuevas posibilidades, callar nuestra voz externa e interna para observar sin juzgar, desarrollar la libertad dejando a un lado prejuicios y personajes en los que nos encasillamos en la sociedad, rescatar al niño que llevamos dentro y, en especial, comenzar a cuidar y desarrollar nuestra capacidad de amar son algunas de las prácticas necesarias para empezar a entender y vivir la vida con la máxima claridad. Todos llevamos a un genio dentro, de nosotros depende dejarle salir a brillar.
A continuación, algunos escritos de Einstein que te podrán inspirar y que personalmente comparto y valoro enormemente. Gracias por estar aquí leyendo un día más.
  • «Un ser humano es parte de un todo al que llamamos universo, una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Este ser humano se ve a sí mismo, sus pensamientos y sensaciones como algo separado del resto, en una especie de ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión es para nosotros como una cárcel que nos limita a nuestros deseos personales y a sentir afecto por unas pocas personas que nos son más próximas. Nuestra tarea ha de consistir en liberarnos de esta cárcel ampliando nuestros círculos de compasión que abarquen a todos los seres vivos y a toda la naturaleza en su esplendor».
  • «La mejor emoción de la que somos capaces es la emoción mística. Aquí yace el germen de todo arte y toda ciencia verdadera. Cualquier persona a la que este sentimiento es ajeno, que ya no es capaz de asombro y vive en un estado de miedo es un hombre muerto. Saber que lo que es impenetrable para nosotros realmente existe y se manifiesta como la más alta sabiduría y la belleza más radiante, cuya forma bruta sólo son inteligibles a nuestras facultades pobres, este conocimiento, este sentimiento… este es el núcleo del verdadero sentimiento religioso. En este sentido, y sólo en este sentido, me considero un hombre profundamente religioso».
  • «Dos cosas me inspiran sobrecogimiento: los cielos estrellados allí arriba y el universo moral interior».
  • «La verdadera dificultad, la que ha decepcionado a los sabios de todos los tiempos es esta: cómo hacer de la educación algo lo suficientemente poderoso en la vida para que su influencia resista la presión de las fuerzas psíquicas elementales del individuo».
  • «Soy lo suficientemente artista como para dibujar libremente sobre mi imaginación. La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado. La imaginación circunda el mundo».
  • «Cuando me examino a mí mismo y mis formas de pensar llego a la conclusión de que el regalo de la fantasía ha significado más para mí que mi talento para absorber el conocimiento positivo».
  • «La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional una sirviente fiel. Hemos creado una sociedad que honra a los sirvientes y que ha olvidado los regalos».
  • «El sentido común no es más que un depósito de prejuicios establecidos en la mente antes de cumplir dieciocho años».
  • «¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio».
  • «Lo único realmente valioso es la intuición».

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